A pocos días del lanzamiento de Overwatch 2 y a pocas semanas del de Call of Duty: Modern Warfare II, Activision / Blizzard está en todos los frentes, incluido el de su racha. En efecto, el desarrollador americano ha sido censurado por la policía de los estudios Microsoft de aquí a unos meses, si el pedido es validado por toda una serie de comisiones encargadas de verificar la equidad de la transacción y de proteger la concurrencia.
Este asunto también es objeto de disputa entre Sony (sobre todo) y Microsoft, que intentan, tanto bien como mal, tirar la toalla, cada uno por su lado. Para el gigante japonés, se trata de hacer que el acuerdo no se produzca, por temor a que Call of Duty se convierta en un producto exclusivo de la competencia. Para Microsoft, en cambio, es la ocasión de hacerse con algunos estudios suplementarios, pero sobre todo con un panel más importante de franquicias de éxito.
Hoy, pequeña novedad en la historia de este melodrama vidéolúdico, nos enteramos de que el patrón de Sony, Jim Ryan, se trasladó él mismo a las oficinas de Bruselas para llevar a cabo la transacción. La ocasión para él de defender su consola y su situación (lo que puede parecer complicado en el sentido de que Sony y Playstation se reparten las partes del mercado eclesiástico en Europa, sobre todo), o quizás de dar un último paso, antes del veredicto final que debería tomar forma. Un veredicto muy esperado por los jugadores de Xbox, ya que podría significar la llegada a Xbox Game Pass de toda una serie de nuevos juegos, entre otros…
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