Es una historia que nos ha tenido en vilo durante todo el año. Desde el anuncio del traspaso de Activision-Blizzard-King a Microsoft el pasado mes de enero, estamos a la espera de saber si este acuerdo respeta las normas de competencia del mercado del videojuego. Con Nintendo y Valve a su lado, el constructor estadounidense espera dar un gran golpe.
Si tienes la costumbre de seguirnos, sabrás que nos mantenemos a distancia del trabajo realizado por los organismos reguladores en el marco de la compra de Activision-Blizzard-King por Microsoft. Que Brésil o Serbia hayan dado su golpe de gracia no importa demasiado y lo más importante, a nuestros ojos, es saber cómo se verá la industria cuando esta historia llegue a su fin, probablemente el año que viene.
Esta noche, Phil Spencer ha tomado una decisión interesante sobre la posición de la competencia. En efecto, el jefe de la marca Xbox ha explicado que Microsoft ha firmado un acuerdo con Nintendo para que las máquinas del gigante japonés puedan beneficiarse de la franquicia Call of Dutyy todo ello en un período de seis años. Un acuerdo similar se ha firmado con Valve para Steam. Esta decisión tendrá efecto después de que Microsoft haya oficializado el rachat del editor estadounidense.
Una decisión que deja a Sony en una posición muy delicada, ya que sigue siendo el único actor importante de la industria del videojuego que continúa rechazando los compromisos propuestos por el constructor americano. Es suficiente con que los organismos especializados en las normas anticoncurrencia hagan un balance de la validación del contrato, esa es la cuestión.
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